Si por
tratarse de hacer cola, ningún país podría ganarle a Venezuela. Éste fenómeno
que se ha expandido por el país cual brollo callejero, ya es de situación
normal en todas las instancias pero todos ignoramos lo importante de las cosas
que pasan en ellas. Hay que hacer cola para todo: para ir al super, para ir al
banco, hasta para comulgar en la iglesia hay que hacer cola (claro, como no hay
mucha comida nos llenamos con divinidad). Solamente al llegar a la cola
exclamas esa frase que emerge desde lo mas profundo de tu ser diciendo: “MIERS,
aquí vamos de nuevo”.
Hay
cosas que te dejan ver como estúpido en una cola. Ejemplo: al llegar a la cola,
tú dices “¿Quién es el último en la cola?”… Pero analicemos la situación
estupidin. Si tú vas llegando a la cola y te pones al final de ella ¿Quién es
el último?... Te doy 5 segundos… 12345… EXACTO, TU. Y es que cuando llegas, y
dices eso, no te imaginas lo estúpido que te ves preguntando y lo peor es que
cuando alguien te responde que tú eres el último, te enojas.
Una vez
que ya estas instalado en la cola, pues es vital que te vayas familiarizando
con la gente que se encuentra a tu alrededor. Uno de los personajes milenarios
y que nunca faltan en las colas es el “Ya vengo, no me tardo”.
Ese personaje, tal
como lo indica su nombre; después de pasadas ya horas, recibe una llamada o una
distracción que le hace comunicarse contigo para decirte:
“disculpa, ¿me puedes guardar el puesto? Ahorita vuelvo”
a lo que tu
respondes:
“Claro”
Tú aceptas
debido a que eres influenciada por el sentimentalismo colístico –sentimiento en
la cola- y piensas en tu mente:
“claro, ¿Por qué no he de ayudar a mi amigo de la cola?”
Ahora,
pensemos… Una persona que acabas de conocer, que no sabes si se come los mocos
o si estuvo en el golpe de 92. A esa, le dices que sí; pero tú, dejas llevarte
por el sentimentalismo colístico y accedes. Te involucras tanto con esa persona
que hasta la recuerdas y en tu mente tienes una pequeña película de cómo lo
conociste y hasta lo angustiado que estaba por resolver su problema; y después
su cara sonriente cuando accediste a ayudarlo. Pero volteas a otro lugar, y ves
a ese mismo tipo que te dijo que le guardaras el puesto y él de flojo
comiéndose tremenda hamburguesa; después e enojas. Ahora, analicemos la
situación: persona desconocida se te acerca para hablar, te menciona sus
problemas, te dice que le guardes el puesto y que ahorita viene y tú accedes.
¿POR QUÉ ACCEDES? No sabes nada de él, solamente que está en la cola contigo.
No puedes enojarte porque: no te dijo a donde iba o que le había sucedido. No
te dijo a que hora regresaba, te dijo “Ahorita
vuelvo” pero eso no quiere decir que sea de inmediato, no es tu ahorita
vuelvo, es su “ahorita vuelvo” que significa “cuando esté menos cansado, coma,
me refresque y vea que te pudres de cansancio y dolor, regreso”.
Mi
consejo es:
1.
Es cierto, hay que hacer cola para todo; pero la
ventaja es que si eres hombre, puedes correr con suerte y salir de la cola, con
una cola.
2.
La próxima vez que pienses estúpidamente en
preguntar ¿Quién es el último en la
cola?... Mejor lánzate a que te pise un tren.
3.
Si te llegas a colar y te descubren… FINGE
DEMENCIA Y GIRA DE UN LADO AL OTRO. A Curly le funciona para que Moe no le
pegue.